martes, 4 de febrero de 2014

CASTILLOS, TORREONES, MURALLAS, TORRES, CUBELOS Y......

CASTILLOS, TORREONES, MURALLAS, TORRES,  CUBELOS Y......
 



 Fortaleza de La Luz. Construido en 1494 al incorporarse la isla de Gran Canaria a la Corona de Castilla, su orden de construcción la dio el tercer Gobernador Alonso Fajardo para servir de fortaleza defensiva contra piratas.
 


FORTALEZA DE LA LUZ
 
 
CASTILLO DE LA LUZ
 
Castillo de La Luz




Castillo de Santa Ana. Fue construida en 1554 por necesidades militares en lo que se conocía entonces como el charco de Los Abades. Se concebió como el remate de la Muralla de Las Palmas por el norte de la ciudad.
 
 
 
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Torreón de San Pedro Hoy Castillo de San Cristobal.  Fue construido por el gobernador Diego Melgarejo en 1578 dentro del plan integral de fortificación de la ciudad que emprendió el Rey Felipe II de España.
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Castillo de Santa Catalina. La Fortaleza o Castillo de Santa Catalina, estaba situado junto al istmo de la Península de La Isleta, en la costa este de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue diseñada por el ingeniero militar Próspero Cazorla como uno de los apoyos principales el Castillo de La Luz.
El de Santa Catalina fue demolido para hacer la base naval,el de Mata,ha sido demolido dejando solo las paredes y el del Rey , en la trasera del hospital militar esta algo desvirtuado por los barraconesque hay en su interior
 
La base del castillo de Santa Catalina esta bajo el Arsenal de La Armada, El de Santa Ana tampoco existe (Una pena lo de estas dos edificaciones históricas), el de Mata actualmente está en restauración, después de unas pruebas arqueológicas (Y si os fijais bien en la fotografía, vereis que todavía queda un tramo de la muralla que rodeaba la ciudad para su defensa bajando por la loma del barranco), el del Rey (Mas conocido por San Francisco, por encontrarse sobre el barranco de dicho nombre) Está a la espera de restauración, como así lo fueron anteriormente El castillo de La Luz y el torreón de San Pedro Mártir, ambos perfectamente restaurados como se puede ver en las siguientes fotografías.
 
En realidad , el Castillo de Santa Catalina fue derruido antes de iniciarse las obras de la Base Naval en los comienzos de los 40.Fue justo antes de la Guerra civil, para construir el Muelle Frutero en el arrecife de Martinon.Con las piedras del castillo y mucha arena se relleno el muelle, acabandose las obras en 1938.El 31 de julio de 1940 se crea oficialmente la Base naval de Canarias y la Armada, junto con el Ejercito del Aire, expropian ( aunque no se pago un duro en metalico, solo las obras habian costado 7.500.000 pesetas ,a la Junta del Puerto, que pidio le compensaran con parte de los terrenos militares de la Isleta contiguos al puerto,) el muelle frutero denominado¨¨¨Virgen del Pino¨¨, y los terrenos de la explanada de la darsena .En abril de 1945 el Ejercito del Aire , que pensaba construir una base de Hidros, cedio su mitad a la Marina.La Base Naval no se acabo hasta finales de los años 40, concretamente hasta 1948.La unica expropiacion que se pago fue por la Casa Martinon, ocupada por Falange, pagando 500.000 pesetas y derribandola a continuacion, en agosto de 1942.


El Ejercito del Aire, recien creado apenas un mes antes, ya le habia hechado el ojo al muelle y darsena frutera, incluso antes que la Armada.El 4 de octubre de 1939 creo la base de hidroaviones del Puerto de la Luz ( sobre el papel, jamas se pondria el proyecto en marcha, aprobado en abril de 1940).
 
 
 
 




Boceto de lo que deberia haber sido la Base de Hidros del Puerto de la Luz
 

 
 
 
 
 
 
 
 
Castillo de Mata. Originalmente se construyó un torreón redondo situado al final de la muralla, y que deteriorado por los ataques de la armada holandesa capitaneada por Pieter van der Does en 1599, fue reedificado por Francisco de la Rúa.
 
Debido a la derrota de los invasores en esta zona, la fortaleza recibió el nombre de Castillo de Casa Mata, conocido hoy como Castillo de Mata, y debido a que su función era la de guardar la muralla de la ciudad se hizo de forma de casamata.
 
 
 
 
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Castillo del Rey o San Francisco




Cubelo de Santa Ana entre 1890 y 1895
 
 
 El Cubelo o Torre de Santa Ana, estaba situado en la costa este de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, Gran Canaria

Fue construida en 1554 por necesidades militares en lo que se conocía entonces como el Charco de Los Abades. Debido a los ataques se reconstruyó dos veces en las dos décadas siguientes. Se concibió como el remate de la Muralla de Las Palmas por el norte de la ciudad. Actualmente no quedan restos del torreón.



 
Ataque a Las Palmas de Gran Canaria de los corsarios Ingleses Drake y Hawkins.

Corría el año 1595, bajo el reinado de Felipe II. Isabel I de Inglaterra con su odio a todo lo que sonara a Español, Les ordena a Drake y Hawkins armar una flota con el fin de atacar a cuantos territorios Españoles pudiesen en ambos márgenes del océano. Estos armaron una flota de 27 naves y 2800 hombres, salieron del puerto de Plimouth rumbo a las indias occidentales Españolas, pero al haber reclutado 300 hombres mas de los previstos, acordaron acercarse a Gran Canaria para atacar la ciudad de Las Palmas a pesar de la negativa inicial de Hawpkins (Conocedor de las fuertes defensas de la ciudad y del carácter isleño).

Llegaron a Lanzarote y tras atravesar la bocaina, llegaron ante Las Palmas al amanecer del 6 de Octubre de 1595. La ciudad fue sorprendida por la llegada de esta flota, ya que no se tenía conocimiento de la partida de esta ni de su proximidad. Al divisar la flota los centinelas de la atalaya de Las Isletas, dio un rápido aviso a la guarnición de la fortaleza de la Luz, principal fortaleza defensiva de la ciudad, a lo que esta da unos cañonazos para dar la alarma y despertar a los ciudadanos.

Cuando la flota fondeó frente a la ciudad y fuera del alcance de los cañones de las fortalezas defensivas y se preparaban para el desembarco, las milicias isleñas ya se encontraban en la playa para rechazar el desembarco, incluso los clérigos se armaron para la defensa de la ciudad por orden del Obispo Don Fernando Suarez de Figueroa, mientras el gobernador Alonso de Alvarado y su lugarteniente Antonio Pamochamoso se dedicaban a preparar y animar a los defensores de la ciudad recorriendo puesto por puesto y fortaleza por fortaleza. Cuando comenzó el ataque Inglés, hasta las compañías del interior de las isla, las de La Vega y la de Teror se encontraban ya en la zona del desembarco.

En el último momento, el Regente Arias olvidó las instrucciones Regias y se le ocurrió la disparatada idea de permitir el desembarco, retirar las tropas al recinto de la ciudad y fortalezas y mantenerse en posición defensiva y ordenó que se hiciese así. Pero el Gobernador Alonso de Alvarado y su Lugarteniente Antonio Pamochamoso cancelaron esa orden y ordenaron continuar con el plan inicial de enfrentarse a los Ingleses en sus posiciones.

Salieron hacia la caleta de Santa Catalina 27 lanchas por orden de Drake, pero cuando se acercaban a la costa, la compañía del Capitán Baltasar de Armas los rechazó con el fuego de sus arcabuces y el de dos cañones ligeros de campaña.

Sobre las 12 de al mediodía y en vista de que las Milicias Isleñas impedían el desembarco, la flota Inglesa se acercó a la costa y rompió el fuego con sus 27 buques. Mientras tanto continuaban los intentos de desembarco, pero la Artillería de campo Isleña, cargada con saquitos de bala de mosquete, hirió tal cantidad de Ingleses, que tuvieron que volver para dejar a los heridos y tomar nuevos soldados. Entonces los buques se acercaron tanto a tierra, que se pusieron a tiro de los potentes cañones de la Fortaleza de La Luz, pero su Alcaide Serafín Cairasco de Figueroa, al esperar un largo asedio, prefirió gastar lentamente su pólvora y no hizo mella en la flota. A pesar de los disparos de la flota sobre las defensas Isleñas, no lograron poner pié en tierra por la estoica defensa de las Milicias de la ciudad. Al ver la imposibilidad de desembarcar en ese punto por la muy fuerte defensa, Drake y Hawkins decidieron desplazarse más al sur, pero el nuevo punto elegido estaba defendido personalmente por el Gobernador Alonso de Alvarado que disponía de cuatro cañones de campaña, este a diferencia del Alcaide de la Fortaleza de La Luz, no duda en utilizar toda su pólvora y municiones contra la flota enemiga, hasta tal punto que logro abrir una vía de agua en uno de los buques asaltantes, los Ingleses volvieron a ir más al sur, pero se colocaron al alcance de los cañones del castillo de Santa Ana, desde el cual se envió durante una hora de intercambio artillero una cantidad prodigiosa de balas. Mientras tanto Antonio Pamochamoso creaba trincheras en la caleta de San Telmo, el cual sería el probable lugar elegido para el siguiente intento de desembarco de los corsarios.

En vista de que el desembarco es muy complicado por el valor y arrojo de las defensas de la ciudad, se reúnen los jefes de la flota en el buque de Hawkins, Sir Thomas Baskerville, General de las tropas expuso que solo se podría tomar la ciudad después de varios días de batalla y sin ninguna garantía de conseguirlo, Hawkins convenció a los otros jefes de la flota de continuar el viaje ya que con las potentes defensas de la ciudad lo ve realmente muy complicado.

Al anochecer, la flota Inglesa parte hacia el sur de la isla, siendo despedida por los cañonazos del Torreón de San Pedro Mártir, pero las tropas isleñas, ante la duda de que se trate de una trampa continuaron con sus armas en mano en sus puestos durante todo la noche. El Gobernador Alonso de Alvarado ordenó que seis soldados siguieran por tierra a la flota y vigilaran sus movimientos.

A la mañana del día 8, Drake fondeó en la rada de Arguineguín y desembarcó pacíficamente en la playa, levantó una tienda y paso el día en tierra. Los seis soldados junto a algunos campesinos y pastores, vigilaban a los Ingleses, que hacían aguada y se divertían con música. Una de las Lanchas que desembarcó de forma negligente en una zona alejada de la flota y de las tropas que estaban en tierra. Soldados, pastores y campesinos, asaltaron la lancha Inglesa, matando a nueve hombres y capturando cuatro prisioneros. Estos confesaron la categoría y nacionalidad de la flota, los nombres de los Almirantes, intenciones y ruta que llevaban, también dijeron que durante los intentos de desembarco en la ciudad, habían tenido 40 muertos y un número considerable de heridos, y cinco buques habían sufrido graves desperfectos, hasta el punto de que uno de los buques quedó casi inservible. Desde la confesión de los prisioneros, los pequeños y rápidos navíos de aviso Isleños, avisaron a todas las islas, al territorio peninsular y a las provincias Americanas de la presencia de la flota enemiga y sus intenciones.

Esa misma noche, y ante la noticia del ataque a la lancha Inglesa por los soldados isleños, Drake temiendo un ataque contra sus fuerzas principales por las Milicias Isleñas, esa misma noche, partió hacia la Gomera con el fin de terminar la aguada en una de sus playas antes de partir hacia la América Española.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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